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Teodoro S. Mongelós

TEODORO SALVADOR MONGELÓS

Nació en Yparacaí el 9 de Noviembre de 1914.
Huérfano a muy temprana edad, desarrolló distintas tareas propias de los niños para ganarse el sustento. Mencionó su maestra de grado, que lo que más motivaba a Teodoro era escribir poesía. Mientras las otras asignaturas no merecían la atención de este alumno, sí el conteo de sílabas de las poesías que escribía demandaba toda su atención. A muy temprana edad compuso sus primeros versos, tuvo formación como guitarrista, clarinetista, flautista, mago, prestidigitador y actor. Como tal, integró la compañía de teatro de Julio Correa, y compartió actuaciones con Mirna Veneroso, en quién se inspiró para componer los versos de Nde Resa Kuarahy´ame.
“El poeta de los humildes”, como se conocía al vate de la poesía social, llevaba encendida la llama de la eterna rebelión. Su espíritu y su palabra no conocieron censuras hasta el destierro. Partiendo por tal motivo al Brasil, donde falleció el 20 de Mayo de 1966. Algunas anécdotas refieren que, desde la cabecera del Puente de la Amistad, siempre se acercaba a mirar con añoranza a su querido Paraguay. Desde setiembre de 1994, sus restos descansan en su natal Tacuaral (Ypacarai)

Entre sus poesías musicalizadas, las más conocidas son: Che Mboe´eharépe (un canto agradecido a la maestra de grado, Eloísa Galeano, la eterna juventud), y Che Jazmín (testimonio de un amor perdurable, nacido al embrujo del paisaje campesino). El carácter social de la poesía de Teodoro S. Mongelós está vigorosamente representado por Ha Mboriahu, Minero Sapukái, Che Reindy Kuña Koygua, Ha Che retä Paraguay, Che Mandu´ávo, Virginia, Guapo Che Rymba Buey, Ne Ra´arovo, Ñasaindy Poty, Ipuku Che Pyhare, Ñande Rekove, Ha Pilincho, Jaguami, Ako Ñane Ynambuni, Che Pykasutï, Pevaräpa Aju Jey, Escuelero Pyharépe, Kuña ao Humí, Kueheve Guare, Musiqueada Jazmín Guype, Che Retä Jeguakarä, por citar algunas siendo la ,mayoría musicalizada por Epifanio Méndez Fleitas con quien lo unió los sueños idealistas, el destierro y una entrañable amistad. Fueron también sus coautores Diosnel Chase, Emilio Biggi, Toledo Núñez y otros más.

Le sobrevive su exquisita y punzante poesía clamando justicia social o admirando la belleza de la mujer paraguaya.

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